Cuando la comunicación se transforma en un conjunto de signos y de gestos que interpretan perfectamente los diálogos y la trasmisión de información entre las personas es cuando los que somos «oyentes» entramos en un círculo muy desconocido y que obviamente nos resulta complicado. En su afán de trasladar el apasionante mundo del vino a diferentes los colectivos sociales, la Bodega Cumbres de Abona propuso hace un tiempo a la Asociación de Personas Sordas de Tenerife (ASORTE) la posibilidad de realizar con ellos la experiencia de un curso de iniciación y cata de sus vinos en lengua de signos, sobre todo tras una muy positiva actividad similar con la ONCE para personas con incapacidad visual. El reto fue aceptado por los miembros de esta asociación tinerfeña en la persona de su secretario Juan Molina y desde www.bodegacanaria.es colaboramos en la organización, como en el resto de cursos que viene realizando esta bodega del sur de Tenerife perteneciente a la Denominación de Origen Protegida Abona.
Esta I Cata en Lengua de Signos necesitaba de un esfuerzo extra para poderse llevar a cabo, contar de manera muy especial con la colaboración de quienes se encargan de hacer de intérpretes. Este trabajo, para los profanos nos parece casi imposible; ciertamente, tras verles durante algo más de dos horas desarrollar el cometido de trasladar las palabras de quienes intervenimos a gestos y signos interpretables por los asistentes, es cuando comenzamos a poner en valor lo que rodea a este mundo del silencio, donde la gestualidad es la mejor de las armas de comunicación. Las dos intérpretes, Tiziri y Esther, que hicieron de puente en la noche de ayer viernes -21 de julio- merecen nuestro más efusivo reconocimiento, sobre todo porque en esta ocasión se encontraban ellas también ante un reto. Gran parte de las expresiones y explicaciones que rodean al mundo del vino (cultivo, variedades de vid, prácticas enológicas, etc.) y de su cata en particular tienen un sinfín de términos nada usuales en la expresión de la lengua de signos. De hecho, días antes se les facilitó parte de los apuntes del curso para que pudieran familiarizarse con todo ello y así hacer más fluido y comprensible su trabajo, muy intenso mentalmente.
26 personas, con diferentes niveles de incapacidad auditiva, entre las que se hallaban incluso dos sordociegos, llenaron la sala habilitada en la sede de Asorte a tal fin. La proyección del material divulgativo, los vinos presentados y su cata sensorial fueron llenando la tarde-noche de la jornada de una especial experiencia; primero para ellos, que anteriormente no habían participado en una cata adaptada; luego para quienes fuimos con temor ante el reto y que, sin duda, salimos agradecidos por haber tenido la ocasión de trabajar juntos. Como es habitual en los cursos que imparte Cumbres de Abona para consumidores, el punto final lo pone la cata de su aceite de oliva virgen extra «Oleoteide», que hizo las delicias de los participantes con su gran carga de aromas frutales y vegetales, así como su potencia en boca. Acompañaron al aceite en esta ocasión los vinos de la Bodega «Flor de Chasna blanco afrutado», «Testamento Malvasía Aromática dry», «Flor de Chasna rosado afrutado», «Flor de Chasna tinto 4 meses barrica» y el espectacular «Testamento Malvasía Aromática dulce».
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