La Ruta del Vino de Gran Canaria acaba de vivir tres días intensos en la provincia de Salamanca, donde tuvo lugar un viaje de familiarización con la Ruta del Vino Sierra de Francia. Un encuentro que no solo acercó a dos territorios muy distintos en paisaje y cultura, sino que puso en común la pasión compartida por la viticultura, la gastronomía y el desarrollo rural sostenible.
La expedición grancanaria, formada por representantes de bodegas, restaurantes, enotecas, agroindustrias, empresas de turismo y el equipo gestor de la Ruta, participó en un completo programa de visitas diseñado para mostrar lo mejor de este enclave castellano-leonés. Desde catas con variedades autóctonas como el Rufete tinto o el Rufete blanco serrano, hasta recorridos por pueblos con un rico patrimonio histórico, sin olvidar experiencias artesanales y gastronómicas que revelan la identidad de la comarca.
Más allá del disfrute, el objetivo fue claro: aprender, compartir y reforzar lazos. En abril de 2024 ambas rutas firmaron un convenio de colaboración, y esta experiencia es una de las primeras materializaciones de ese compromiso. El encuentro se enmarca además en el proyecto estatal “Rutas del Vino de España: Experiencias 360”, apoyado por la Unión Europea – Next Generation EU y el Ministerio de Industria y Turismo.
Uno de los aspectos más valorados por los participantes fue descubrir similitudes entre territorios que, a primera vista, parecen muy distintos. Tanto en Gran Canaria como en la Sierra de Francia la viticultura se desarrolla en pequeñas parcelas, con mucho trabajo manual y un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Esa conexión fue palpable en cada actividad, y permitió contrastar prácticas y reforzar la visión de un enoturismo que no solo busca atraer visitantes, sino también cuidar el territorio y generar cohesión social.
El balance fue muy positivo. Los asistentes destacaron el enriquecimiento profesional, la convivencia entre los distintos sectores y la oportunidad de fortalecer la identidad del producto enoturístico de Gran Canaria dentro de la red nacional. Además, pudieron comprobar por qué la Ruta del Vino Sierra de Francia ha sido reconocida como Mejor Destino Enoturístico Sostenible y Responsable en el Club de Producto Rutas del Vino de España.
Con este viaje, la Ruta del Vino de Gran Canaria sigue dando pasos firmes en su apuesta por la sostenibilidad, la innovación y la cooperación. Una manera de proyectar el enoturismo insular hacia nuevos horizontes, en sintonía con los destinos vitivinícolas más competitivos y responsables de España.