San Bartolomé, 30 de abril de 2020. Las bodegas adscritas al Consejo Regulador de la Denominación de Origen ‘Vinos de Lanzarote’ han querido expresar, en una reunión celebrada el pasado lunes, su voluntad de adquirir la cosecha de la próxima vendimia. En este sentido, el Consejo Regulador, como órgano representante de las bodegas y los viticultores, quiere transmitir un mensaje tranquilizador al sector.
La situación actual está suponiendo grandes dificultades para el sector del vino insular. Y es que en las bodegas se almacena, prácticamente en su totalidad, la cosecha del 2019 y parte de las anteriores, lo que supone unos 2 millones de litros depositados. Esto se traduce en problemas de espacio de cara a la adquisición de la uva de este año, en el caso de que la cosecha sea de cantidad similar a la de campañas anteriores.
No obstante, debido a la persistente sequía, el Consejo Regulador estima que la próxima cosecha supondrá un 50%-60% de la cifra del año pasado, por lo que las bodegas no deberían tener problemas de espacio. Aunque esto perjudicará gravemente la renta de los viticultores.
Por ello, desde el Consejo Regulador se insiste en la necesidad de seguir apoyando al sector de la viña, desde el compromiso de las bodegas, que garantizan que la recogida de uva se realizará tomando todas las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias.
Pese a la falta de visitantes, las bodegas de Lanzarote siguen trabajando día a día para ofrecer a los consumidores los vinos de Lanzarote; un producto icónico tanto dentro como fuera de la Isla. Así, aparte de la venta en grandes superficies y tiendas especializadas, numerosas bodegas han dado un paso más, habilitando la venta online y la entrega de botellas a domicilio.
Finalmente, desde el Consejo Regulador se confía en la unidad entre viticultores y bodegueros para darle normalidad a la situación de esta vendimia. Asimismo, desde este órgano se está trabajando con el Cabildo de Lanzarote para solicitar un apoyo decidido al viticultor, para la pervivencia de un sector clave en la economía insular, por su importancia turística, paisajística y medioambiental.