En 2025, La Bodega El Grifo, la más antigua de Canarias y una de las diez más longevas de España, celebra su 250º aniversario, un hito que refleja el compromiso de generaciones de viticultores con la excelencia y la singularidad del vino canario. Fundada en 1775, El Grifo se erige en el singular paisaje de La Geria, Lanzarote, un entorno que ha marcado la identidad de sus productos y que, a lo largo de los siglos, ha desafiado las convenciones de la viticultura.
La historia de un viñedo «imposible»
El origen de El Grifo está indisolublemente ligado al terreno en el que se encuentra. En La Geria, las viñas crecen en cenizas volcánicas, protegidas del viento por muros de piedra que crean pequeños «agujeros» donde se cultivan las cepas. Este método, que prescinde de la mecanización, ha sido clave para preservar la autenticidad de los vinos de la bodega. Este paisaje único fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO hace más de 30 años, lo que reconoce la relevancia ecológica y cultural del área. El viñedo de El Grifo, conocido como «el viñedo de lo imposible», se enfrenta a desafíos que no existen en otros lugares, pero es precisamente en estas condiciones extremas donde se forjan los sabores y la personalidad de sus vinos.
El crecimiento y la internacionalización de El Grifo
A lo largo de los años, El Grifo ha sabido posicionar sus vinos más allá de las fronteras locales, expandiendo su presencia en mercados internacionales como Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza e Italia. Estos vinos, con un carácter mineral y un vínculo profundo con su origen volcánico, han encontrado un público fiel en todo el mundo que valora la singularidad de su elaboración. Según Juan José Otamendi, quien dirige la bodega junto a su hermano Fermín, el 250º aniversario no solo es una celebración de la historia de la bodega, sino también un homenaje al esfuerzo de las generaciones pasadas y un compromiso con la sostenibilidad, el respeto por el medio ambiente y el trabajo de los viticultores.
Innovación y sostenibilidad
La bodega no solo ha mantenido su compromiso con la tradición, sino que también ha sabido adaptarse a los desafíos del siglo XXI. Con la dirección técnica de Elisa Ludeña y la supervisión de Xabi Kamio, El Grifo ha implementado cambios significativos en su proceso productivo para afrontar los retos del cambio climático. Entre estas innovaciones destaca la vendimia de invierno, un enfoque pionero que responde a la incertidumbre meteorológica, permitiendo una cosecha de uvas de mayor calidad.
Además, El Grifo está en plena conversión hacia la viticultura ecológica, buscando prácticas más respetuosas con el entorno. La bodega también ha adoptado un enfoque regenerativo en su modelo de producción, fortaleciendo aún más su compromiso con la sostenibilidad.
El enoturismo como motor de desarrollo
La bodega ha apostado también por el enoturismo como una de las facetas clave de su crecimiento en los últimos años. Bajo una nueva filosofía orientada hacia el turismo sostenible y de calidad, El Grifo ha desarrollado experiencias exclusivas para aquellos que desean conocer más a fondo el proceso de vinificación y el legado de la bodega. Recientemente, ha incorporado el Caserío de Mozaga, un inmueble histórico del siglo XVIII, como parte de su oferta enoturística. Esta propiedad, catalogada como Patrimonio Histórico de Lanzarote, será un punto de encuentro para los visitantes interesados en adentrarse en la rica historia de El Grifo y en la cultura vinícola de la isla.
El futuro de El Grifo: tradición e innovación en equilibrio
Con este 250º aniversario, El Grifo no solo celebra su pasado, sino que refuerza su compromiso con el futuro. A lo largo de los años, la bodega ha logrado un equilibrio entre la preservación de su tradición y la innovación constante, apostando por un modelo de viticultura sostenible que permita seguir ofreciendo vinos de calidad inigualable. La bodega continúa mirando hacia el futuro con la misma pasión y dedicación que caracterizan sus primeros 250 años, con la firme convicción de que la tradición y la innovación son los pilares fundamentales para continuar escribiendo su historia.
Este aniversario no solo es un reconocimiento al legado de El Grifo, sino también una oportunidad para proyectar su influencia en el mundo del vino, siguiendo el ejemplo de aquellos que, desde 1775, han hecho posible que esta bodega siga siendo un referente del vino canario a nivel internacional.