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El Vino de Tea de La Palma podría ser declarado Bien de Interés Cultural

La rica tradición vitivinícola de la isla de La Palma, en el archipiélago canario, podría alcanzar un nuevo hito con la posible declaración del Vino de Tea como Bien de Interés Cultural (BIC). Este reconocimiento, de llevarse a cabo, sería un paso significativo para salvaguardar y promover este producto único en el mundo, cuya elaboración y singularidad cultural se han mantenido a lo largo de generaciones.

La iniciativa para la declaración del Vino de Tea como BIC ha sido propuesta por diversos actores del ámbito científico y cultural, respaldados por estudios multidisciplinares liderados por destacados investigadores como Pablo Alonso González y Eva Parga Dans, del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del CSIC (IPNA-CSIC). Desde 2019, estos científicos han venido trabajando en investigaciones destinadas a dotar al Vino de Tea de un fundamento científico que respalde su conservación y proteja sus métodos tradicionales de elaboración.

Uno de los aspectos más destacados de estos estudios es el análisis de las propiedades del Vino de Tea, que revelan la presencia de altas concentraciones de alfa terpineol (α-terpineol), una sustancia con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y hasta cardio-protectoras. Estas cualidades, junto con su vinculación única a la madera de tea del pino canario en el proceso de crianza, confieren al Vino de Tea una composición organoléptica distinta y memorable.

Además, la investigación liderada por Alonso y Parga ha puesto de relieve la singularidad de las pipas de tea utilizadas en la crianza del vino. Estas barricas, fundamentales en el proceso de envejecimiento y maduración, son consideradas únicas e irrepetibles en términos patrimoniales. La imposibilidad de fabricar nuevas barricas de corazón de pino canario, tanto por la protección de esta conífera como por la extinción de la profesión de tonelero, añade un valor añadido a este patrimonio cultural.

Recientemente, el Anuario de Estudios Atlánticos ha publicado un artículo que recopila los resultados de los trabajos desarrollados por Alonso, Parga y su equipo en torno al Vino de Tea, resaltando la necesidad de reconocerlo como patrimonio alimentario de La Palma. La producción de este vino implica técnicas de cultivo y elaboración transmitidas de generación en generación, que incluyen saberes, materiales y herramientas tradicionales arraigadas en la cultura alimentaria de la isla.

El proceso para la declaración del Vino de Tea como BIC está ahora en manos de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, entidad competente en materia de patrimonio cultural en las Islas Canarias. De llevarse a cabo, esta declaración sería un merecido reconocimiento a la singularidad y relevancia cultural de este producto único en el mundo, contribuyendo así a su preservación y difusión a nivel nacional y más allá.

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