Con diseño 100% español, Bottelo viene a dar una respuesta para quienes sufrimos cada vez que tenemos que transportar una botella: seguridad y estética.
Ilusión, creatividad y una gran dosis de trabajo es lo que hay detrás de Bottelo, una funda fabricada en PVC que nos permite transportar botellas de vino o de aceite con total seguridad, olvidándonos de los temidos accidentes. Detrás de la idea está la cabeza pensante de Beatriz Hernández de Azcárate que tuvo la idea allá por 1986, como respuesta a una necesidad propia de transporte. «A raíz de mis viajes en autocaravana por las bodegas de diversos países de Europa me surgió la idea de dar una solución al problema de transportar botellas evitando los desastres causados por el vino cuando se rompía la botella». Si a ello le sumamos sus conocimientos de los cierres náuticos, que a través de las dobleces consiguen el compartimiento estanco, ya tenía todos los mimbres para la creación de Bottelo.
Sin embargo la idea se quedó en dique seco hasta 2012 cuando la trayectoria vital de su creadora la lanza al mundo del emprendimiento empresarial. Es entonces cuando recupera la idea inicial y crea Smartbag, a través de la que comercializa las Wineskin, de diseño norteamericano y de un solo uso, y su Bottelo, de diseño español y marca y diseños industriales registrados en la UIPO (Europa), que surge con espíritu sostenible, ya que permite su reutilización. Ambas tienen en común que son envases herméticos, específicos para viajar con vino en el equipaje, y que responden a la necesidad creciente tanto del usuario que busca la seguridad en el viaje como de las bodegas que quieran ofrecer un packaging personalizado y diferente o las empresas que ofrecen un regalo pensado para los wine lovers.
CONCEPTO BOTTELO.- Una de las grandes ventajas que presentan las Bottelo es su gran versatilidad, con muchas opciones de personalización. Transparente o de colores, con un cierre en forma de botón o de pasador, su forma y tamaño puede variar pero no su fiabilidad: su cierre reutilizable en cuatro pliegues rematados garantizan la estanqueidad de la funda y que, en el caso improbable de que la botella se rompa, su líquido no pueda salir al exterior. «Este cierre está basado en el que se usa en la náutica pero es incluso más antiguo, ya que también se utilizaba para el transporte de los pigmentos en la Edad Media», explica Beatriz Hernández.
«El material que hemos elegido para fabricar las fundas es el PVC porque permite, además de una gran resistencia, el termosellado (que es la técnica idónea para conseguir la estanqueidad) ya que son polímeros plásticos de gran resistencia y durabilidad, elaborados sin talatos y pensados para que sean reutilizables. «Esta característica las convierte en un espacio publicitario perfecto, porque las bolsas pueden viajar sin límites», nos explica su creadora, que destaca que se trata de un producto perfecto para regalo, incluso para las tiendas gourmet o las bodegas que quieran comercializar sus vinos o aceites para la gente que está de paso o para los alojamientos vinculados con el enoturismo, un nicho de mercado que está en crecimiento.
Además del diseño y la imagen, moderna, innovadora y totalmente personalizable, «creemos que Bottelo se irá posicionando como un elemento de uso común», nos explican. Es perfecta para llevar en la maleta o en el coche, para cuando surge la necesidad de transportar una botella de vino o incluso para ir de picnic, ya que incluso puede meterse hielo en la bolsa y mantener el vino a una temperatura ideal. Seguridad y estética, Bottelo es la respuesta para poder llevar el vino a todas partes.
Fuente: https://www.vinetur.com/