El Gofio, nuestro ancestral producto, ya existía como base del sustento de los antiguos pobladores de las Islas Canarias desde antes del comienzo de su conquista en el siglo XV. De hecho se trata de un alimento absolutamente básico y presente, de manera similar a veces, en otros pueblos con pocos recursos.
El desconocimiento de sus excelentes propiedades nutritivas no era el motivo de su masivo consumo, ya que simplemente se hacía uso de los recursos que la tierra y los animales otorgaban a la población: cereales y leche, en especial de cabras. Incluso, al menos en Canarias, durante épocas de escasez en las cosechas otras especies vegetales susceptibles de poder ser tostadas y molidas en las piedras pasaban a formar parte del llamado Gofio o Ahoren.
La vida moderna, los adelantos tecnológicos trajeron, a medida que avanzaba el último tercio del siglo XX, el decaimiento del consumo de gofio en las Islas. Ahora que sí se podía saber de sus cualidades como alimento sano, integral, limpio de aditivos, conservantes y colorantes, se sustituía por “esos otros” cereales extrusionados, fruto de la alta tecnología, que partiendo de cereal se sometía a procesos complejos y destructivos para reconstruirlos en copos, láminas o cualquier tipo de figurita crujiente que han hecho durante algunas décadas las delicias de pequeños y mayores. Lo que no se suele saber es que esos hermosos paquetes, con graciosas mascotas y muchas veces sorteos y regalos incluidos, llevan agregados vitaminas y minerales porque fueron eliminados por el proceso industrial los que de “serie” venían en la materia prima. ¡Una verdadera lástima! Sobre todo si además tenemos en cuenta que su precio/kilo es mucho más elevado.
En los últimos años, quizás demasiado tarde, se logró la distinción de nuestro emblemático producto como Indicación Geográfica Protegida, otorgado por Europa a propuesta de España. Este tipo de reconocimiento y garantía se diferencia de las Denominaciones de Origen Protegidas en que la materia prima puede provenir de la misma zona de elaboración o de otras terceras. En canarias no hay ni remotamente producción de trigo, millo, cebada, etc., en la cantidad que el sector productos necesita. 2015 ha supuesto que la Consejería del ramo del Gobierno de Canarias, a través de su Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), en un intento por darle relevancia pública convocara la primera edición del Concurso Oficial de Gofios Agrocanarias 2015, que acaba de celebrarse en Tenerife con carácter regional.