Bodegas Bentayga (D.O.P. Gran Canaria), elaboradora de los vinos Agala, se encuentra situada en una privilegiada zona de la isla de Gran Canaria. Sus viñedos ocupan una ladera de la impresionante Caldera de Tejeda, dentro del Parque Rural del Nublo -Reserva Mundial de la Biosfera-, a resguardo de las inclemencias climatológicas y con una orientación y altitud que la hacen idónea para el cultivo de la vid. La bodega toma su nombre del Roque Bentayga, que junto con Roque Nublo son dos de los simbolos geográficos de la Isla y que dominan el paisaje que se puede contemplar desde casi cualquier lugar de Tejeda. Si bien la historia de sus vinos puede remontarse a 1942, cuando se elaboraban algunos para consumo familiar, es a partir del año 1994 cuando se comienzan a plantar la mayoría de las actuales cepas en terrenos situados entre los 1.050 y 1.318 metros de altitud en los municipios de Tejeda y Artenara. La orientación suroeste del viñedo que le permite recibir una gran cantidad de horas de sol al día, la diferencia de temperaturas entre el día y la noche, así como disponer de un clima estacional perfecto, con inviernos frios, buen nivel de lluvias y veranos calurosos hacen que el ciclo vegetativo de las variedades plantadas prospere adecuadamente; con ello se consiguen excelentes cosechas, con uva de gran calidad. Esto es, sin duda, es el mejor anticipo de los excelentes vinos resultantes.
En la actualidad la bodega tiene unas 11 hectáreas de viñedos propios en un total de cinco fincas; éstas tuvieron que adaptarse a la accidentada orografía del territorio y presentan como característica la poca mecanización del cultivo, siendo muchas de sus tareas realizadas a mano. Las variedades principales que podemos encontrar son: Listán Negro, Vijariego Negro, Castellana, Tintilla, Baboso Negro y Negramoll en uvas tintas, y en cuanto a las blancas se cultivan Listán Blanco, Albillo, Moscatel de Alejandría y Vijariego Blanco. Con ellas la Bodega elabora una amplia gama de vinos blancos -seco, afrutado y dulce- y tintos -joven, barrica y crianza- bajo su marca Agala. Ésta proviene de una palabra aborigen que hace referencia a un monte alto y el símbolo utilizado como logotipo, con forma de cruz, corresponde con un petroglifo encontrado en las cuevas del Roque Bentayga, con lo que su imagen y sus vinos se integran perfectamente en el paisaje y la tierra.
Las variedades, el clima y el incansable trabajo enológico dan como fruto unos vinos de gran calidad, con marcado carácter del «terroir» y con singularidades que los hacen únicos. Las condiciones geoclimáticas permiten que los tratamientos que deba recibir el viñedo son escasos y muy respetuosos con el medio ambiente, beneficiados sobre todo por la altitud a la que se encuentra. Para las épocas en que hace falta regadío, éste se realiza por un sistema de goteo informatizado y con agua propia proveniente del manantial de la Mina de Tejeda cuya conducción se remonta a 1500, ordenada construir por los Reyes Católicos tras la conquista de Gran Canaria. Una de sus vendimias se realiza de noche; se hace en una parcela próxima a la bodega, a unos 1.200 metros de altitud, en una noche fría de Tejeda, despejada y hacia finales de septiembre, con la finalidad de evitar la oxidación y que las uvas entren en bodega a baja temperatura -con 12º a 15º C de diferencia con una diurna- para conservar así mejor los matices más delicados del aroma. Con ellas se elabora una edición limitada de 500 botellas del «Agala Blanco Semidulce Vendimia Nocturna».