Pau Roca, aspirante a la Dirección General de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), considera que “el viñedo es un cultivo de paz, que permite la armonía entre los países con una cultura volcada a la elaboración del vino con aquellos otros que prefieren el consumo de uvas de mesa o pasas. O una mezcla de ambas” y asegura que se trata de un sector “de imposible deslocalización, ligado al territorio, que otorga valor añadido a la marca”.
Cuando queda menos de un mes para que la OIV celebre sus votaciones, el 6 de julio, para el buscar el relevo del francés Jean Marie Aurand, que ocupe el cargo entre enero de 2019 y diciembre de 2023, Pau Roca, hasta ahora secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), ultima su presentación en el que se encontrará como oponente al neozelandés John Barker, un abogado que presidió durante cuatro años la Comisión de Derecho y Economía de la OIV, ha asesorado a la Asociación Nacional de Viticultores de su país y lleva gran parte de su carrera profesional vinculado al sector.
Roca, que ha hecho junto a la Administración española un trabajo diplomático encomiable para obtener los dos tercios necesarios de los 138 votos con que cuentan los 56 países miembros de la organización, reconoce que no va a ser fácil, aunque considera que su amplia formación científica, su conocimiento del comercio internacional del sector vitivinícola y su experiencia “pueden ser decisivas a la hora de inclinar la balanza”.
Esta es la segunda vez que Roca intenta el acceso a la Dirección General del organismo. La primera vez fue en 1996 en Ciudad El Cabo (Sudáfrica) donde fue derrotado por el candidato francés George Dutruc-Rosset. Pero ahora, las circunstancias parecen más favorables para este barcelonés de 60 años, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de la capital catalana y diplomado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Para Roca la cadena de valor del vino, salvo excepciones, distribuye bien el beneficio entre los diferentes eslabones, da cohesión al territorio, fija población y combina perfectamente con la legislación europea que armoniza con ciertas limitaciones, lejos del modelo del Nuevo Mundo. Pero, a su juicio, el peligro se cierne sobre las trabas al comercio de algunos países. Pau Roca, que no tiene opción a la reelección caso de ser elegido, porque cumpliría en este tiempo los 65 años que limitan los mandatos, considera que su puesto es el de un “gestor de la era digital”, que debe potenciar el uso de las nuevas tecnologías y “agilizar y abaratar las reuniones con videoconferencias y envío de documentación”. Dice estar seguro de que mejorará la relación con organizaciones internacionales como la OMC, “pero también con la OMS, con fundamentos expuestos por científicos, pero también por filósofos, psicólogos, médicos y pensadores”.
Sobre la discusión del binomio vino/salud, Roca recalca que la educación en la moderación y la cultura del vino debe hacer que se vea este como una vacuna de un producto no agresivo que “busca mejorar la vida de los que lo consumen”. En su programa hace hincapié en la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad en el territorio “con el objetivo de crear riqueza a la par que mejoramos nuestro entorno” y advierte que el vino, que es “una bebida de moda”, puede entrar en un déficit de producción en 2030 por un mayor consumo “y debemos prepararnos para este escenario”.
Fuente: http://www.elcorreodelvino.net/