El Museo Nacional del Prado (Madrid) nos ofrece un itinerario interactivo por obras relacionadas con el mundo del vino.
El vino se ha tratado a lo largo de la historia del arte de las más diversas maneras: uva, vid,vendimia, porrón, bota, copa, Dioniso, Baco o bacanal son algunos de los elementos a los que han hecho referencia los artistas y que hoy los podemos ver reflejados en las obras del Prado. Esta muestra interactiva está disponible en la web del Museo del Prado y es muy interesante por su conciso pero completo recorrido por esa estrecha relación entre la pintura y el mundo del vino desde la antigüedad.
- El Origen del vino. Por algunos textos y restos arqueológicos encontrados, parece que la invención del vino se remonta a hace entre 6000 u 8000 años. Pese a ello, no será hasta el Antiguo Egipto cuando se encuentren representaciones artísticas tanto de su consumo, como de su elaboración.
- Los griegos y Dioniso. El padre de la historiografía moderna, Tucídides, decía que gracias al cultivo de la oliva y la uva, los pueblos del Mediterráneo emergieron del barbarismo. Quizás no fuese exactamente así, pero cabe destacar que para los griegos el vino tuvo mucha importancia, y es a partir de la Antigua Grecia cuando se inicia el desarrollo vinícola en Europa. Para ellos, Dioniso fue el que obsequió a los humanos con las primeras vides.
- Diferencias alimentarias. La alimentación constituía, sin lugar a dudas, uno de los mayores factores identitarios de las culturas. Una de las grandes diferencias que existía entre los romanos y los bárbaros era la alimentación. Mientras que los bárbaros consumían cerveza y manteca, la dieta de los romanos y de los pueblos del mediterráneo consistía principalmente en vino, aceite y trigo.
- Baco. Para los romanos, el Dios del vino pasó a llamarse Baco. A menudo representado con hojas de vid o uvas en la cabeza y acompañado de su séquito. Como la mayoría de los dioses, también a Baco se le rendía culto a través de diversas festividades, en su caso, las bacanales.
- El rito litúrgico. El oficio sacramental otorgó al vino la importancia significativa que tenía tanto en Europa como en el Cercano Oriente. Se creía que el vino no era tanto un producto de la tierra como un regalo divino. La Iglesia cristiana consagrará el vino al identificarlo con la sangre de Cristo y le asignará un papel destacado en el rito litúrgico.
- La fiesta del vino. A menudo, al hablar del vino en el arte, se le atribuye un matiz de fiesta y desenfreno y es que, cuando el vino se desprende de la representación divina y adquiere connotaciones populares, lo encontramos como elemento fundamental en diferentes fiestas de inicio o fin de estaciones o con otro tipo de matices.
- La vendimia. Cuando nos referimos a la vendimia, estamos hablando estrictamente de la recolección o cosecha de las uvas, generalmente de las que van a servir, mediante su destilado, para la producción de vino o licor. Pero el vino, hasta ser servido en mesa pasa por un largo proceso: vendimia, despalillado, estrujado, fermentación, prensado, etc.
- El vino en el Prado. Numerosas obras maestras de la colección del Prado, como Los Borrachos de Velázquez, representan literalmente muchos de los elementos asociados al vino. Y es que el vino ha estado ligado a la historia de la humanidad desde su origen, y las obras de arte, como evidencia de lo que el ser humano ha sido, así lo representan.
Visita interactiva: https://www.museodelprado.es/actualidad/multimedia/la-ruta-del-vino/5cc979df-70d4-f3e0-3586-8da918dc0d42
Fuente: https://www.museodelprado.es/