A todos aquellos que les gusta un buen vino saben que probarlo es mucho más que abrir una botella. Alrededor de esta celebración hay un mundo de accesorios que, desapercibidos y cómplices, convierten en todo un ritual ese momento mágico de olores, sabores y matices al levantar la copa y saborear el gran caldo, llenándolo de belleza. Eche un vistazo a ese momento y se dará cuenta de la necesidad de esas pequeñas herramientas que, cargadas de imaginación y detalles, harán del descorche y el servicio instantes aun más intensos, en los que contribuyen aquellos a los que consideramos indispensables:
El CORTA CÁPSULAS. La mayoría de las botellas poseen una cápsula en el gollete, generalmente elaboradas en un material metálico, que además de embellecer el envase su principal función es la de proteger el corcho de la humedad y otros ataques garantizando su inviolabilidad. Para abrir la cápsula existe este excelente accesorio que dotado, generalmente, de cuatro pequeñas ruedas metálicas que colocado contra el borde de la boca de la botella y haciéndolo girar, apretando suavemente, realiza cortes limpios, posibilitando el desprendimiento de la parte desechable de la cápsula, evitando bordes molestos manteniendo la estética del producto y dejando a la vista el corcho.
EL SACACORCHOS. Existen muchos modelos que varían en diseño, materiales y mecanismo de funcionamiento. A este accesorio hay que darle una gran importancia ya que su función no solamente se limita a quitar el corcho, sino a la de sacarlo en perfecto estado, evitando que se deteriore y caigan restos en el vino. Si además de evitar una desagradable rotura conseguimos facilidad en el momento de la extracción y belleza e ingenio en el diseño, tendremos el sacacorchos perfecto.
EL TERMÓMETRO. Cada vino tiene una temperatura ideal en la que se perciben mejor sus cualidades. Regla de oro es que los blancos deben servirse más fríos que los tintos. Ante la duda de saber si la temperatura de servicio es la adecuada, lo indicado es usar un termómetro para vinos, hechos de alcohol y no de mercurio, para mayor precisión y que tienen la particularidad de ser más largos permitiendo alcanzar el vino, con una cabeza más ancha que, colgado desde la boca de la botella, impide que éste caiga dentro de la misma.
LOS ENFRIADORES. Cuando se desea enfriar una botella y mantenerla a una temperatura adecuada mientras se consume, se recurre a enfriadores y hieleras. Los más sencillos se llenan de hielo y agua, aunque también están los que poseen paredes térmicas que se enfrían previamente.
LAS COPAS. Llegado el momento más apreciado, la copa contribuye notablemente a magnificar ese instante. Más grandes o más pequeñas, más abiertas o más cerradas con paredes más delgadas o gruesas…, todo afecta al juego de los sentidos de la cata que, sin duda, en otros recipientes serían imperceptibles.
COLLAR ANTIGOTEO. Gracias a este accesorio, deja de ser inevitable que queden gotas en la boca de la botella y escurran, manchando la mesa o el mantel. Esta especie de anillo o collar, realizado de un material absorbente en su cara interna, se coloca en el cuello de la botella, cumpliendo adecuadamente el propósito de cortar el flujo de vino sin dejar gotas.
Aunque existen más accesorios, podemos considerar a estos los elementales, los que no deben faltar en el momento de saborear un buen vino. Ahora, levante la copa brinde solo o en compañía porque ha llegado el momento de disfrutar.