El vino siempre ha sido una parte importante de la dieta, la gastronomía y las costumbres sociales, y con el tiempo ha pasado de ser una fuente importante de nutrientes a ser un complemento cultural de la alimentación.
Beber vino con moderación durante las comidas forma parte de la conocida y apreciada dieta mediterránea, así como de su estilo de vida. La gastronomía francesa, declarada en 2011 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, también incluye el consumo moderado de vino. En otros países como España, con una larga tradición de consumo de vino como parte de una dieta equilibrada, el vino se considera alimento por ley. Una dieta equilibrada es un factor fundamental para un estilo de vida saludable. El exceso, tanto de comida como de bebida, es perjudicial para la salud. En una dieta equilibrada la calidad es tan importante como la cantidad y por eso, debemos elegir con cuidado lo que bebemos y lo que comemos, degustarlo despacio y evitar excesos.
¿Cuántas calorías tiene el vino? Las calorías de las bebidas alcohólicas proceden principalmente del etanol (1 g de alcohol = 7 kcal). Por tanto, una unidad de bebida de 10 g. de alcohol contiene 70 Kcal.
¿Cuántos gramos de etanol tiene el vino? Sin embargo, el contenido calórico exacto del vino depende del alcohol y del azúcar residual que queda en el vino tras la fermentación del zumo de uva (1 g de azúcar = 4 kcal). Por ello, la cantidad total de calorías de los productos vinícolas puede variar según la cosecha y el tipo de vino (seco, semiseco, semidulce, dulce).
Importa cómo tu bebes.
El consumo moderado y regular de vino está asociado con varios beneficios para la salud en los individuos adultos. Por otro lado, el riesgo se incrementa drásticamente con cada bebida que sobrepasa el umbral de la moderación. Beber más de lo que se recomienda no aportará más ventajas, sino que resultará más dañino. No obstante, no sólo la cantidad importa, también se cree que el patrón de consumo es relevante a la hora de tener en cuenta los aspectos saludables de las bebidas alcohólicas.Es mejor beber de forma moderada y regular con las comidas, que beber esa misma cantidad de una sola vez. Los jóvenes, las personas que estén tomando ciertos tipos de medicación o con un historial de adicción y las mujeres embarazadas quedan excluidas de esta recomendación y deberán evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Muchos informes muestran que, aunque la región mediterránea europea registra los consumos de alcohol per cápita más elevados, los patrones de consumo observados en esta zona plantean pocos riesgos para la salud. De hecho, las pautas de consumo perjudiciales son considerablemente menos comunes en los países que son grandes productores de vino. En estos países se consume con mayor regularidad, casi en exclusiva durante las comidas en el hogar, nunca sin alimentos, y el volumen de alcohol consumido en cada ocasión tiende a ser mucho más bajo que en los países del norte (por ejemplo, Gran Bretaña e Irlanda), que figuran entre las regiones con los niveles más elevados de consumo excesivo, compulsivo y esporádico (borracheras)(ebriedad).
https://www.wineinmoderation.eu/es/home/list/