Expertos de la Universidad de Ariel, en Cisjordania, trabajan en la recreación, mediante el estudio de una especie de uva conocida como Dabouki, del vino que existió hace dos mil años y que habrían bebido, entre otras personas, Jesucristo y el Rey Salomón.
Utilizando semillas antiguas, los científicos están realizando distintas pruebas para obtener el material genético de estas uvas milenarias, que luego transferirán a otras variedades de uvas israelíes locales, para finalmente conseguir la réplica exacta de este vino de la antigüedad. Los expertos también están utilizando para su estudio, distintos fragmentos de vasijas de barro, encontrados en ruinas de templos judíos de la época y utilizadas para el almacenamiento de vino. En los últimos cuatro años se han identificado hasta 120 variedades de uvas cultivadas en Israel, de las que veinte se han considerado aptas para la producción de vino, según publica el sitio web actualidad.rt.com
Hace pocas fechas, los investigadores presentaron en la exposición internacional de alimentos en Milán miles de botellas de vino elaboradas con la uva Maaravi, considerada extinguida desde hace mucho tiempo. Esta uva fue cultivada en Belén en el 220 d.C., y el equipo de expertos ha logrado replicarlas mediante la misma técnica, que ahora quieren utilizar con la Dabouki.